Brillanteena

Hay días en el trabajo que se hacen más llevaderos gracias a los compañeros de la sección de discos. Depende de la elección del cedé que pongan todo es maravilloso o de pronto todo apesta. Hace unos días empezamos la mañana con la banda sonora de la película ¡Mamma Mia! (grandioso musical, película y banda sonora) y la terminamos con la de Grease.

Un cúmulo de sensaciones recorren mi cuerpo al oir ciertas de las canciones que llenan el álbum. La película es una de las de mi infancia. Mi padre la tenía grabada en VHS pero le faltaban los 5 primeros minutos, así que hasta mucho tiempo después no supe como empezaba. La veía fin de semana si, fin de semana también. Me sabía las canciones, chapurreando un inglés inventado por una niña de 8 años y no entendía nada cuando Rizzo y Kenickie hablaban sobre un chubasquero roto en el asiento trasero de su coche. Daba igual, adoraba la película. Adoraba y adoro al bello Travolta y a la recatada Olivia.



Con el paso del tiempo más sensaciones se han añadido a las que ya existían. No puedo escuchar uno de los tracks de cedé sin ponerme triste. Sea como sea, Grease ha sido una película importante en mi vida y escuchar su banda sonora por las mañanas en el trabajo es algo celestial.