De culto V: Scream (1996)

Dejando aparte películas clásicas del cine de terror como por ejemplo Last house on the left (1972), The hills have eyes (1977) o A nightmare on Elm Street (1984), en mi opinión Scream (1996) es la mejor película que jamás ha firmado Wes Craven. De hecho ahí empezó su decadencia dentro del cine comercial más insufrible.

A mis 16 años me dejó marcada para toda la vida, jamás había disfrutado tanto en una sala de cine. He sido desde siempre seguidora incondicional del cine fantástico (donde incluyo subgéneros como el gore), desde el más chusquero, viendo películas como Mal gusto (1987) de Peter Jackson o Holocausto canibal (1980) hasta el más elegante y psicológico, con películas como Funny Games (1997). Sin embargo Scream es de las pelis que mejor sabor de boca me dejaron en mi adolescencia, ver en pantalla homenajes a filmes del género desde el primer momento hicieron las delicias de propios y extraños.

Desde buen principio, Wes, ya dejó claro que se trataba de una trilogía. Debo decir que conseguí olvidar sus 2 secuelas, aunque he podido leer en varias ocasiones que la tercera parte es la mejor...sobre gustos.

Scream abrió la veda a los filmes sobre adolescentes norteamericanos perseguidos por psycho killers disfrazados con poca gracia, exceptuando a Ghostface claro. Después de Scream, llegaron Sé lo que hicistéis el último verano y sucedaneos varios.

La primera sorpresa nos llega a los pocos minutos del comienzo del film, cuando el equipo formado por Wes Craven y su habitual guionista Kevin Williamson (al más puro estilo Psicosis) se atreven a asesinar a la supuesta protagonista de la película, Casey (Drew Barrymore), en aquellos momentos la actriz "teen" más conocida de todo el casting.

En unos momentos pasamos a conocer a los protagonistas absolutos del fim, Sidney Prescott (Neve Campbell), Billy Loomis (Skeet Ulrich), su novio, y un par de amiguetes; Tatum (Rose Mcgowan) y Stuart (el histriónico Matthew Lillard). Pasamos a palabras mayores cuando hablamos de la reportera Gale Weathers interpretada por la fabulosa Mónica de Friends, papel por el que pasará a la posteridad de la historia de las sitcoms la bella Courteney Cox. Por último el hermanísimo Arquette interpretando el papel de ayudante del sheriff, Dewey Riley.

Vista ahora, me parece una película bastante simplona, con unos diálogos malos malos y con unas actuaciones bastante indeseables (sobretodo la de Neve) pero la cuestión es que Scream permanecerá durante décadas en las retinas de los espectadores como un clásico del cine moderno de terror. No es una obra maestra, está claro, pero su intro es digna de alabanzas (aunque pulsando pausa en el momento adecuado consigamos ver que la Drew Barrymore que permanece colgada de un árbol no es más que un maniquí), jamás me revolví tanto en una butaca de cine como en esos primeros 10 minutos.

Parece que la película no merezca la pena más que por esos minutos, quizá así sea, pero es que ese Psycho Quiz al que someten a la aterrada Drew no tiene precio (me recuerdo en el cine contestando las preguntas mentalmente, casi gritandole -¡No! No es Jason el asesino de Viernes 13 Parte I, es su madre, la Sra. Vorhees!), de lo mejorcito que he visto últimamente, qué nervios!

Hay algún que otro guiño cariñoso como por ejemplo una secuencia donde vemos al bedel del instituto fregando, se llama Fred y lleva un jersey a rayas. Las referencias cinéfilas son constantes, tanto en los nombres de los personajes como en numerosos diálogos, una gozada para el aficionado más friki, yo la primera. Podemos ver que el estilo de peinado que luce la Barrymore es clavadito al del personaje de Tina en la primera pesadilla de Craven, ¿casualidad?

No puedo resistirme a decir que, como siempre, en este nuestro país, tenemos la habilidad de cambiar, añadir, variar el título de las películas. En este caso ocurrió lo propio, pasó de llamarse Scream a Scream, vigila quién llama. No tiene desperdicio, al más puro estilo Brokeback Mountain, en Terreno vedado vaya. XD

Por cierto, el estilo del poster tremendamente parecido al de Cursed de un Wes Craven ya decadente.