Boys don't cry (1999)

Si alguna vez alguien me preguntara cual es la película de mi vida sin duda respondería que es Boys don't cry. Aunque parezca imposible escoger una sola película de las miles que vemos a lo largo de una vida, puedo decir que, de momento, en mis primeros 26 años, ésta es mi película.

Y lo es porque gracias a ella descubrí a Chloe Sevigny y desde entonces no dejo de ver ninguna de sus películas. Y porque desde entonces se me hace un nudo en el estómago cada vez que recuerdo a Hillary Swank como Teena Brandon en cada una de las secuencias en las que aparece. Y también porque sé que todo lo que vi en la película ocurrió de verdad allá por 1993 en un pueblecito de Nebraska. Porque escuché a Chloe en el papel de Lana cantar The Bluest Eyes in Texas en un karaoke frente a la mirada de Teena y desde ese momento ya es una de las canciones de mi vida. Por cada uno de los diálogos entre Teena y Lana. Porque la academia concedió el oscar a la mejor actriz protagonista a Hillary Swank porque con su interpretación se comía a todas las demás aspirantes. Y porque recuerdo palabra por palabra el discurso de agradecimiento de Swank sosteniendo la estatuilla. Porque también tuvo su nominación (aunque no ganara) Chloe Sevigny. Porque cada vez que veía alguno de los trailers de la película meses antes de que se estrenara notaba ese nudo que no desapareció hasta ver las últimas escenas de metraje en el cine Renoir de Barcelona. Y porque cada vez que la veo, escucho su banda sonora o veo alguna de sus escenas siento lo mismo que sentí la primera vez que la vi.

Por todo esto es y será mi película.